sábado, 17 de diciembre de 2011

III - GEOLOGÍAS / Leva

Huían como cometas 

los sueños de tu frente

                                una tarde    
                   como otras muchas tardes
de farragosa siesta en el estío
ya húmedos los dos entre las sábanas


Descendían por sendas y breñales
hasta el remanso de las pozas    
allí donde los lucios
—buches sin fin que no se apiadan
de los sapos ni en la cópula—
                        amenazaban entre sombras      
                               al rececho

                        Era la hora más desierta   
                                     la hora de la leva
cuando miriadas de libélulas
de moscas y zancudos
holgaban sobre el cauce
y su agitada cáscara de larvas
entre bandadas de alevines


Allí los dos    entre vagidos
primos ahijados por los chopos
y los lirios 
en un recodo fresco entre dos besos
y los ángulos más umbríos de la piel


adivinábamos
valor    orgullo    y vanidad
un porvenir feraz si no dichoso
y a la vez
vergüenza    vértigo    y vacío


Primer atisbo de la muerte
el cuerpo se iniciaba en los arcanos
para constancia de la vida


Todo era anuncio   —también resumen


A una brazada sola el horizonte
los rebalses y meandros
ya daban cuenta del anciano
como la torrentera y el arroyo
fueran las marcas del bautismo

                       carisma la corriente   
                           y también unción extrema

                          surtidor y venaje la niñez     
                                   lumbre del agua

Un país de nubes la juventud


y la madurez
plagas aún mil veces por batir



Nota

Un país de nubes la juventud    
               Alude al verso “Adolescente fui en días idénticos a nubes” de Luis Cernuda.

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