martes, 12 de noviembre de 2013

Fernando Savater o el gozo de leer y el riesgo de pensar

Fernando Savater en el Hotel de las Letras, foto de Ángel Navarrete (ABC)


Fernando Savater compila en Figuraciones mías (Ariel) sus últimas notas publicadas en El País, y abre el libro con un elogio al periodismo literario. ¿Por qué? “No tengo blog, no hago tweets ni nada en formato digital; en mi caso, lo que sustituye a todo eso es el artículo. Algunas de sus supuestas limitaciones: de tono, de espacio, etc., creo que son ventajas que reivindican al género”.

–El Fin de la era Gutenberg, cuando la cultura, el pensamiento y la creatividad se producían, enseñaban, transmitían y almacenaban impresos en papel, también parece estar arrinconando a diarios y revistas, primeros portavoces de la opinión pública.

–Lo importante no es que sobreviva el periódico impreso en papel, sino que continúe habiendo periodismo. El periodismo entendido como una ética y una estética de la transmisión de la noticia, del comentario, de la novedad, y como una responsabilidad ante el texto. Evidentemente yo soy un periodista literario ligado a la Prensa, y no descarto que mañana, cuando la mayoría de diarios se hagan en internet, algunos sigan como ahora lo hago yo: en papel.

Bitácora de lecturas actuales y otras relecturas, de viajes y homenajes, sus artículos también lo son del día a día, al que el pensador y ensayista se asoma al filo de la noticia: de las cosas que le agradan, preocupan, irritan o asombran a él y a todos los lectores.  

¿Quién tiene el derecho a decidir?

–Primero, hablemos de actualidad. Entre los temas que trata, aborda el “derecho a decidir” que reivindican los nacionalistas catalanes y vascos.

–En una democracia hablar del “derecho a decidir” es como si los peces hablaran del “derecho a nadar”. Pero aquí se habla de otra cosa, se habla de independencia. Ese “derecho a decidir” que ellos acotan para sí mismos es impedirte a ti que decidas si lo quieres o no. Lo cierto es que todos los ciudadanos españoles  tenemos tanto “derecho a decidir” qué es lo que va a pasar en Cataluña o el País Vasco como los que viven en Tarrasa o Baracaldo. No somos “oriundos” de ningún pueblo o región, somos “ciudadanos”. Y la ciudadanía no se fracciona.

–Savater no es sospechoso de simpatías nacionalistas ni ha contemporizado nunca con la violencia. ¿Qué piensa de la “derogación” de la Doctrina Parot por la que muchos etarras y otros asesinos tristemente célebres están saliendo de la cárcel?

–Ojo, la Doctrina Parot no se ha derogado en ningún momento, ni se ha tocado, ni se ha puesto en entredicho. Y es perfectamente justificable para que no haya cadena perpetua en España. La Doctrina Parot la evitaba pues busca que si alguien ha sido condenado a dos mil años de cárcel, le sea más difícil reducir su estancia que a otro que lo ha sido a veinticinco. Lo que ahora se ha dirimido es si eso es aplicable retroactivamente (algo que uno de los jueces, el británico, aceptaba pues no afecta a la pena, sino a los beneficios, y defendió que su aplicación es competencia de los gobiernos). Ahora están saliendo muchos indeseables de la cárcel, como ese señor Troitiño, pero llevaban veintimuchos años allí y a lo mejor ya sólo les faltaban año y medio o dos para salir. Lo terrible es que esta confusión justifique la cadena perpetua. A veces pienso que en España, más que Justicia, queremos ajusticiadores.

–Algunos piensan que al Gobierno del PP esa “confusión” (que todos los días reproducen los medios estatales y muchos privados) le viene de perlas, pues asume lo que hubieren pactado antes los socialistas para que ETA dejara de matar; y ahora puede echarle la culpa a Europa y cumplir con las exigencias penitenciarias de la banda.

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–La verdad es que no lo creo, no soy tan paranoico, son puras teorías conspirativas.


La dificultad de educar


–Pues cambiemos de tercio. Dedica otra sección del libro a los problemas educativos, cuyo modelo persigue más acomodar a los estudiantes al futuro mercado de trabajo (modelo Bolonia, exámenes de Pisa), que instruirles o formarles. Y se relegan las Humanidades.

–Estamos promocionando una educación que prima los instrumentos sobre los fines. Por eso pierden la Filosofía y la Literatura, que hablan de los motivos, los fines y sus consecuencias. Está muy bien enseñar técnicas y formas de hacer cosas en la vida pero también hay que saber por qué y para qué.

–El Gobierno primero eliminó una asignatura que usted impulsó, Educación para la Ciudadanía, y ahora la Ley Wert mejora el estatus de Religión

–No entiendo por qué sustituir los valores racionales (qué significa ser “ciudadano” y vivir en democracia) por una oferta religiosa, sea la cristiana o cualquier otra, porque las religiones no cultivan la razón sino otro tipo de cosas. Desde luego, la religión es un “derecho” de cada cual… pero un “deber” de nadie. Y quienes acusaban a aquella asignatura de “adoctrinadora”, prefieren el catecismo. Transmitir valores sociales es transmitir doctrina, cierto, pero está completamente justificado, porque son valores razonados y no dogmas, como los que sustentan las religiones.

­–Usted no se siente mal acompañado de Jürgen Habermas

–El Patriotismo constitucional del que habla Habermas es un desideratum: “si hay que ser patriotas, seámoslo de unas leyes, de unos derechos, de unas garantías”. Porque, en definitiva, un verdadero ciudadano lo es gracias a esa abstracción llamada Constitución. Por desgracia, en España parece que somos, antes que ciudadanos, oriundos o nativos de un lugar, y ese localismo enmascara la ciudadanía. Y así nos va.

Fantasmas en la Red

–Los neurobiólogos advierten que internet y los medios digitales no sólo están cambiando en los niños y jóvenes la manera de leer, estudiar, comprender el mundo, comunicarse y divertirse, sino que están variando las estructuras cerebrales que modulan el aprendizaje, la atención y la memoria, bases de la inteligencia.

–Creo que cambiar las estructuras cerebrales debe costar mucho más de lo que piensan los neurobiólogos –se ríe, pues no le caen muy bien–. Lo cierto es que los seres humanos cambiamos. Y que hay diferencias entre los habitantes de una tribu aislada y perdida (que sólo ven quince o veinte caras nuevas en toda su vida y se relacionan entre ellos de forma verbal o con un collar de cuentas) y nosotros (que vemos miles de caras nuevas mensualmente y estamos acostumbrados a relacionarnos con el móvil e internet), eso me parece evidente. Pero esas diferencias, digamos: “folclóricas”, no quitan que los seres humanos siguen teniendo como base en sus vidas la búsqueda del amor, el trabajo, la evitación de la muerte, la solidaridad… Nuestro mundo es muy diferente al de Safo de Lesbos, y si viajara en el tiempo hasta nosotros, se quedaría asombrada del i-pad, los aviones y todo lo demás, pero cuando leyera los poemas que se escriben hoy, se encontraría con los mismos sentimientos y preguntas, de la misma forma que nosotros entendemos y apreciamos los suyos en la actualidad. Bueno, las mentes cambian… pero menos. En fin, a través de la Filosofía, la Literatura y la Poesía hoy escuchamos la voz de hombres que existieron en otros tiempos: estamos “en conversación con los difuntos”, como diría Quevedo.

–En cualquier caso, existen grandes peligros y amenazas, particulares y colectivos, personales e internacionales.

–La Red facilita el trabajo, la recolección de datos, y su uso lúdico de juegos e imágenes, también me parece fantástico. Pero encierra peligros. Claro. Los bárbaros utilizan todos los instrumentos de civilización para hacer barbaridades. Sobre el balance entre libertad y seguridad se ha hablado siempre, y se dicen muchos disparates. Todos estamos dispuestos a ceder parte de nuestra libertad para tener cierta seguridad. Mandamos a nuestros hijos al colegio y queremos que alguien vigile para que no se los lleven los pederastas. Resulta muy molesto pasar esas revisiones que se hacen antes de subir a un avión, pero si la perspectiva es una bomba, todos preferimos que nos miren bajo los calzoncillos.

–¿Qué piensa de las filtraciones de Wikileaks o de Snowden?

–La verdadera amenaza contra la seguridad occidental no es lo que estuvieran haciendo la CIA o la NSA, sino que todos esos secretos que nos afectan a todos puedan caer en manos de tipejos como Snowden o de cualquier mediocre desaprensivo o locoide que pueda hacer una chifladura.  Esa es la verdadera amenaza.


Homenajes

Bitácora de lecturas, estas Figuraciones mías no sólo reivindican la novela histórica, algunos mal llamados best sellers, sino también la literatura fantástica en general, y la ciencia-ficción (hasta se declara alumno o tributario de Ray Bradbury); sino que también muestra su admiración por grandes escritores de siempre como Dante, ShakespeareCharles Dickens, Virginia Woolf o Cioran.

–Entre los nuestros brilla Pío Baroja, un novelista que siempre ha tenido poco éxito de crítica pero siempre muchísimos lectores.


– Es un escritor leidísimo. A mí me encanta y creo que es uno de los autores del siglo XX a reivindicar. No tiene un solo libro aburrido. Quizá son deslavazados de estilo….Ortega decía una cosa muy divertida: “Los personajes entran y salen de sus páginas como la gente sube o baja del autobús”. Entran, salen y ya no vuelven a aparecer. Así es. Pero, sobre todo, Baroja tiene una enorme fuerza narrativa que mantiene siempre la atención del lector.

–Y Octavio Paz.

–Yo he sido lector y amigo de Octavio Paz. No sólo era hombre de una enorme cultura sino de una gran perspicacia para ver lo que era útil o inútil en la cultura y para ver por dónde iban las cosas. Y era muy generoso a la hora de ayudarte y darte ideas. Sabemos que era poeta, diplomático, hombre de ideas políticas y muy crítico, ensayista de muchos palos, pero se habla menos de su dimensión como maestro. Y creo que esa labor pedagógica es importante reivindicarla. 



Nota:
Una versión más breve de esta entrevista se publica hoy en el diario ABC y en su web.

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