¿No es la chispa
hija del pedernal o de las nubes?
¿No es simiente de lo vivo
y el agua su regalo?
¿Es el mundo sensible una metáfora?
I
Un temporal de ranas azotó
el corazón de Pakistán
BBC dixit
Tifón preñado
meteoro
repulsivo
prodigioso
si no de perros y de gatos
batracia lluvia
orgánico pedrisco
milagrosa y brutal melancolía
de las piedras que imploran sus riberas
en la ribera incierta de estos cauces
por la obra de ingenieros
aguas en las entrañas conducidas
bajo avenidas populosas
y bulevares
ríos por jardines
deportivos y playas comerciales
—aquí no brincan ranas por los toldos
de las tiendas
sino en los nimbos del monzón
los pasos de cebra sin barreras
(ya lo sabes)
—allí no abre sus ojos el Guadiana
ni en las canastas
ni en sus porterías
dormitan los salvajes íncubos
las pesadillas juveniles
mas sí semáforos por torres
las imposibles aguas del Westbourne
del Churubusco o del teatral
mutis del Turia por Valencia
así descampe o llueva
sobre la imaginada superficie
el bullicioso curso de nuestros afanes
cosechando monedas y medallas
o fracasos
los mismos negros
los mismos blancos y amarillos
los semitas los caucásicos los mongoles
yorubas y watusis y mandingos
manchúes indios tibetanos
sajones y vikingos y españoles
siempre unas chinas tan distintas de las otras
en la puntera del zapato
y tan desesperadamente iguales
los cantos y guijarros
II
Estuvo harta la piedra de ser piedra
singular
quiso ser
roca en su fuente original
adolescente cordillera
peinando nubes en las cumbres
donde nunca Ícaro volara
para cantarle al sol cuatro insolencias
—no la unánime carga
cruz de Sísifo
piedra vulgar al hombre condenada
al nombre condenado a una piedra
sin hambre ni apellidos
sin más rango que el ser por geología
a quien contentan hoy tantos juglares
—sólo y acaso en los cielos
el intrépido azar que desenreda
los husos de hebra luminosa
para el telar divino
aquí
adonde las mujeres más insomnes
—ellas
las hilanderas de la luna—
confunden y fabulan los destinos
más heroicos
aún exangües
Y el de aquellos meteoros
III
Si todo se mirara desde un largo instante
estrangulado
la misma calle
calle arriba
o calle abajo
sus mismas gentes
el camino el mismo y uno
enamorado siempre de su fin
y siempre tan diverso en la derrota
el río infante al estuario
los nimbos del monzón que pare anfibios
por la radio
o el cauce de esta página
porque ama escandirse
en su naturaleza
Notas
ResponderEliminarTifón de ranas
Se trata de un llamativo fenómeno atmosférico que se produce allí donde hay grandes meteoros tropicales y tornados: engullen todo a su paso, no sólo construcciones, también sorben las charcas; si en ella se crían ranas, éstas viajarán incluso cientos de kilómetros, hasta precipitarse aparatosamente. La lluvia de ranas, aunque menos popular, es mucho más frecuente que la británica de perros y gatos.
Westbourne, Churubusco, Turia
El Westbourne, en Londres, y el Churubusco, en la Ciudad de México, son ríos intubados que discurren por el subsuelo de barriadas populosas. El curso del Turia fue desviado de su desembocadura, en los años 60 del pasado siglo, para paliar las inundaciones que tanto habían perjudicado a Valencia. Hoy, el viejo cauce, jalonado de puentes medievales, alberga canchas deportivas y zonas verdes.