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En algún lugar entre los pisos 3 y 42 A. ASIAIN |
¡Qué importa! Asiain no ha escrito un solo poema deficiente, ni siquiera alguno mediocre: todos aspiran a la perfección formal (apadrinado por el riguroso Gabriel Zaid, sin embargo fue discípulo adolescente de Tomás Segovia, y comparte con él –aunque sea un poeta radicalmente distinto– tanto el dominio de la preceptiva como su aliento romántico). Da igual que someta su escritura al metro clásico o que la suelte: igual brilla en el verso blanco, en el libre y en el de férrea medida; y en la rima, cuando no recurre a consonancias o asonancias finales, su oído, casi perfecto en lo afinado, hace música –y no callada– con resonancias internas, aliteraciones y otros recursos prosódicos o rítmicos.
Poesía sin truco ni repetición; con sorpresa y aleve humor, sí, aun con ironía –retórica invisible: tradición y actualidad a su manera. No poesía de pensamiento, sino de pensamiento implícito, que jamás alardea de su biblioteca. Sobre todo contemplación: mirada y espera, o escucha atenta, en blanco, cada uno de sus poemas revela una anunciación instantánea que procede de aquí mismo, es decir: del mundo sensible y vivido, próximo y contemporáneo, y que nos comunica con el misterio, que es materia de eternidad. Aquí y allá siempre nos ofrece su humana experiencia ante la naturaleza: sus elementos, criaturas y paisajes; el amor y la mujer con todos sus avatares, cosas de la vida, de la amistad al flechazo, del hastío al desengaño, pero también su plenitud –hoy, además, con la impronta esencialista de la poesía japonesa, incluso vía twitter, como estas Postales de la isla.
En fin, Asiain se entrega y apuesta por la originalidad, concebida esta, quizá, como un eterno ir para volver de los orígenes: del placer inteligente de los sentidos al alma de las cosas y los seres. Por ello estos versos también serán legibles cuando pasen muchos años y estemos muertos.
Reproduzco en Más información cuatro poemas que en su día vi nacer y me admiraron, entre ellos un soneto posterior, y que se recogen en República de Viento, libro por el que Asiain obtuvo el III Premio Loewe a la Joven Creación (Visor, Madrid, 1990)
MAGDALENA
Marea, este fulgor del agua, levadura
ahora que la sal quema los restos
ganados a la sombra por la sombra
desmedida de un gesto, levadura
ahora este fulgor sobre la arena
lavada de la orilla: una mirada
empapada de luces, la marea
nuevamente movida por la luna,
alzada nuevamente hacia la luna.
GESTO: GESTA
Olvídate del fuego mientras miras el baile
del fuego, sigue solo
por el ardor más arduo de la forma
instantánea del juego,
vela
toda la noche, y contra el sueño véla
aparecer fugaz en una llama:
véla surgir entre las llamas y extinguirse,
llama,
llama toda la noche hasta incendiarte.
OTRA MAGDALENA
Mira estas rosas
agitadas ahora por el viento
ganadas para el baile por un viento
de voces encendidas que te empuja
al centro silencioso del escándalo,
la luz en el oleaje de las rosas;
en lo más alto de su danza eres espuma
nada pesa ya en ti ni siquiera ese cuerpo
a la deriva por un agua de reflejos.
EL VIENTO
El viento ligerísimo, ese viento
que es viento apenas por coquetería,
mueve una hoja y dice no quería,
cambia sus letras y dice lo siento,
como si no supiera que así miento
lo que unas líneas antes te decía:
que es viento apenas por coquetería
el viento aleve del desasimiento.
Su paso ligerísimo, ese paso
que siempre recomienza en otra parte
el aire del principio, viene al caso
feliz, sin que lo llame, y sin más arte
lo junta todo porque venga al paso,
lo ordena todo para enamorarte.
Al transcribir, he mantenido la tilde de los imperativos (véla), norma abolida por la RAE . Así está en el original.
La cita a la que alude el texto se encuentra en Fulgor del agua.
Bibliografía
Poesía: República de Viento (Madrid, Visor, 1990), Edición de Autor (AA, Tokio, 2004), ¿Has visto el viento? (Ediciones del Ermitaño, México, 2008), Estrofa (Parentalia, México, 2010).
Ensayo: Julio Ruelas (Conaculta, México,1987), Los pueblos de antes (1991), Legítima defensa de la exención autoral que hacen numerosos autores mexicanos con buenas razones y ejemplos desde los tiempos prehispánicos (Vuelta, México, 1993), Caracteres de imprenta (El Equilibrista, México, 1996), Vida y muerte en la obra de Juan Soriano (Instituto de Cultura del Estado de Morelos, México,1997).
Antología: Gendai Mekishiko Shi-shu. Antología de la Poesía Mexicana contemporánea (Dojobijutsusha, Tokio, 2004)
Traducción: Luna en la hierba. Medio centenar de poemas japoneses (Hiperion, Madrid, 2007), Ikkyu Sojun. Un puñado de poemas. (ebook, http://issuu.com/aurelio.asiain/docs/ikkyu, 2010).
Blogs: Margen del yodo e Instatáneas de Aurelio Asiain (puedes acceder desde la ventana contigua de Visítalos).
¡Me encantaron los poemas! pero sobre todo, gracias por unos ensayos que me encontré "por ahí", de tu autoría. Me han sido muy útiles.
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