En este barco y al pairo un sonámbulo se detiene —orillado siempre de su misma sombra— bajo el fanal de popa a mitad de la faena
Los pescadores desaparecen entre las redes al copo van sin pensamientos
mientras él anuda y teje hábil mas ausente la jareta —este engaño:
Al remendar el cerco poco antes de que hierva el mar estará por mí a solas junto a ti tallados ya los dos en el perfil de los cantiles
Silencio Sobre esta calma —entre manzanas de bronce—
una sirena de hormigón levitaba suya y mía allá lejos bajo el puente
Marejada Quisieras llamarla y amanece —dispersión de pájaros:
Azota el viento los balcones
¡Yo también doy vueltas y vueltas! Me levanto a ver los gatos que celan en las ramas y que avientan remolinos de periódicos por encima del Atlántico
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